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lunes, 7 de octubre de 2019

PEREGRINACIONES - LO QUE DICEN LAS RELIGIONES


Peregrinaciones sagradas 

por José Luis Vázquez Borau

El hecho de peregrinar responde a una necesidad del ser humano, que se da prácticamente en todos los tiempos y lugares. Se trata de un viaje a un lugar considerado como sagrado, como por ejemplo un río, una montaña, un templo, un lugar donde se realizó un milagro, una teofanía o la tumba de un héroe o un santo, con el fin de obtener beneficios de orden material o espiritual, como la curación, la salud o el perdón. 

1.- La peregrinación en la América central precolombina 

Uno de los lugares más importantes de peregrinación para los mayas fue la ciudad de Chichén Itzá del estado mexicano de Yucatán. El nombre de esta ciudad significa "en la orilla del pozo de los itzáes". Se estima que ChichénItzá se construyó alrededor de los años 435 y 455 y el lugar de peregrinación especial era el Cenote sagrado: Un pozo natural consagrado al dios maya Chac, dios de la lluvia. 

Un cenote es una dolina inundada que se encuentra en algunas cavernas, como consecuencia de haberse derrumbado el techo de una o varias cuevas, donde se juntan las aguas subterráneas, formándose estanques más o menos profundos. Existen varios tipos de cenotes: a cielo abierto, semiabiertos y subterráneos o en gruta. En este cenote llamado sagrado, se realizaban las ofrendas al dios Chac, que consistían en objetos valiosos y la tradición dice que también sacrificios humanos, generalmente de doncellas nobles, ataviadas con ropas ceremoniales y enjoyadas. También se sacrificaban en el cenote prisioneros de alto rango como ofrenda religiosa, ya que para los mayas era necesario apaciguar a los dioses con sacrificios humanos, pues para ellos guerra y religión eran inseparables. 

2. La peregrinación hindú 

Peregrinar es un símil de la vida. Se trata de recorrer un camino que nos lleve a la santidad. Los obstáculos y los escollos del camino son semejantes a las dificultades que tenemos que vencer para no apartarnos del camino. Los hindúes peregrinan a lugares santos, pero los hay que hacen de la peregrinación su estado de vida. Son los shadus, ascetas solitarios que renuncian a la vida mundana para enriquecer su espíritu. Peregrinan siempre a pie, practican disciplinas corporales y largos ayunos. Acostumbran vestir de naranja, color que para los hindúes representa la espiritualidad. La mayoría se pinta en la frente el tercer ojo con colores rojos y blancos. 

La peregrinación es un aspecto fundamental del culto hinduista, conllevando el esfuerzo de desplazarse a un lugar sagrado. Como tal, peregrinar se considera un ritual en sí mismo. Son particularmente sagrados aquellos lugares asociados al nacimiento o a la vida de un dios, como Ayodhya, el legendario lugar donde nació el dios Rama; Kurukshetra, donde tuvo lugar la guerra descrita en el Mahabharata; Varanasi (Benarés), también conocida como “ciudad de la luz”, es considerada el hogar del dios Shiva; y Mathura, el lugar donde nació el dios Krisna. Asimismo, muchos hindúes hacen viajes especiales a un vado, es decir, un lugar de un río por donde se puede cruzar andando, hecho que simboliza el paso de una vida a otra y la transición de samsara a moksa que todo hindú devoto espera alcanzar. El río más sagrado de la India es el Ganges y bañarse en sus aguas, especialmente en Benarés, lugar de peregrinación, se considera una acción muy especial. 

3. El santuario más sagrado del sijismo. 

El término Sijh significa “discípulo”. Son seguidores de la religión nacida en el siglo XV en Punjab (India), como resultado de una fusión entre lo mejor del Islam y lo mejor del Hinduísmo. Su fundador y el primer gurú fue Nanak (1469-1539), primero de los diez gurus en el que descansa la fe sijh, se distanció de la práctica de las peregrinaciones hindúes o musulmanas, en nombre de un Dios espiritual presente en todas partes. Desde entonces los sijh dieron un nuevo significado a las principales fiestas del calendario hindú: Baisakhi, fiesta de la fraternidad sijh; Khalsa, que se celebra en Amritsar con un gran encuentro religioso, político y social; el Dipavali es la ocasión en la que se expone el tesoro del Templo en una atmósfera de fiesta y de fuegos artificiales; el Holi, en el equinoccio de primavera, da lugar, en la ciudad de Anandpur, a una gran fiesta comunitaria llamada Hola Mohalla. 

El Darbar Sahid, ubicado en Amritsar, Panyab (India), también conocido como el Templo de Oro, es el santuario más sagrado del sijismo. 

4. El árbol de Bodhi uno de los lugares más sagrados del budismo. 

Para los budistas, Bodh Gaya es el más importante de los cuatro principales lugares de peregrinación relacionados con la vida de Gautama Buda, las otras tres son kushinagar, Lumbini y Sarnath. 

Se dice que Buda logró el nirvana mientras estaba sentado bajo una higuera sagrada ubicada en Bodh Gaya donde está el templo Mahabodhi, que en 2002 se le ha otrogado el título de Patrimonio de la Humanidad. 

5. El Aliyah o la peregrinación a Jerusalén. 

Antes de instalarse en la tierra prometida, los hebreos visitaban los lugares relacionados con la presencia de Abraham en Beer Scheva y de Jacob en Betel. Después del establecimiento en Canán, Silo y otros altos lugares como Gilgal, Schechem o Betel se convirtieron en lugar de peregrinaje. Con la construcción del Templo por parte de Salomón, Jerusalén acoge las tres fiestas de peregrinaje, como está escrito en el libro del Deuteronomio: “Tres veces al año, todo varón de entre vosotros comparecerá en presencia del Eterno tu Dios en el lugar escogido por él: en la fiesta de los ácimos, en la fiesta de las Semanas y en la de los Tabernáculos. Nadie se presentará con las manos vacías en presencia del Eterno sino que cada cual hará sus ofrendas según te haya bendecido el eterno, tu Dios”. Tras la muerte de Salomón el reino se escindió en dos, los habitantes del norte dirigieron sus peregrinaciones hacia los santuarios de Dan y de Betel. Después de la destrucción del Templo en el año 70 d. C., el acceso de los judíos a Jerusalén se hizo difícil. Eran viajes tristes en los cuales los creyentes se rasgaban las vestiduras en señal de luto. De ahí viene que al muro occidental, resto del antiguo Templo de Salomón, se le llame “muro de las lamentaciones”. Con todo, cada año, los judíos expresan el deseo de ir “el año que viene a Jerusalén”. 

6. Los ritos de la Gran Peregrinación islamista. 

La “pequeña” peregrinación se puede realizar durante todo el año, y tan sólo consiste en dar vueltas en torno a la Caaba. Pero en la “gran” peregrinación se va a la meseta de Arafat y se sube al monte sagrado de Rahma, donde se recibe el perdón de los pecados. En la Gran peregrinación se celebra además una serie de ritos durante los días siguientes en los lugares sagrados en el entorno de La Meca. Especialmente se reúnen guijarros que los peregrinos lanzan contra un poste hecho de piedras, símbolo del diablo que anda escondido en ruinas, en cementerios, en “lugares impuros”, que ama la música y el baile y puede adoptar toda clase de formas. 

A diferencia de los judíos y los cristianos, los musulmanes siguen practicando los ancestrales sacrificios de animales para expiar los pecados. Las víctimas son degolladas en dirección a la Caaba mientras se invoca el nombre de Dios. Los peregrinos reciben una pequeña porción de carne para consumirla y el resto es para los pobres. La fiesta es alegre con más de un millón de personas y cientos de miles de animales sacrificados, lo que pide una gran organización. Después de la fiesta sacrificial, los peregrinos se afeitan, se cortan el pelo y se cambian de ropa. Al final de la segunda semana se rodea de nuevo la Caaba, y se concluye con la oración final: ¡Sólo Alá es grande! La Gran Peregrinación es la experiencia religiosa más grande para todo musulmán y musulmana. 

7. El Quinto Evangelio. 

Es un hecho común, dentro de la tradición cristiana, peregrinar a Tierra Santa siguiendo los pasos de Jesús, lo que se denomina “peregrinar los lugares santos”. La mayoría de Iglesias Ortodoxas y Orientales tienen sus propios lugares de peregrinación, como el Monte Athos en Grecia, el monasterio de Dair al-Muharrq, donde se recuerda la estancia de Santa Familia en Egipto, o también en el Monte Ararat, en Turquía oriental, relacionado con el arca de Noé. Entre los pueblos eslavos, los principales lugares de peregrinación son: Sergiev Posad y Novgorod, en Rusia, y Kiev, en Ucrania. Pequeñas o grandes, estas peregrinaciones ofrecen a los fieles la ocasión de dar firmeza a su fe, hacer ofrendas y expresar sus deseos y esperar alguna concesión. 

En la tradición cristiana, la primera peregrinación, entre otras, es la que lleva a Tierra Santa, pues, además de encontrarse allí los panteones de los patriarcas, concretamente en Hebrón y el monasterio del Sinaí, se pueden visitar los lugares donde Jesús vivió: su nacimiento en Belén, su bautismo en el Jordán, su predicación en Galilea, su pasión y resurrección en Jerusalén. Desde el siglo IV, el emperador Constantino fomenta la construcción de santuarios donde afluyen los peregrinos individualmente o en grupo con motivo de las grandes fiestas. Hoy, como en tiempos pasados, los cristianos e las diferentes confesiones tienen como punto culminante peregrinar al Santo Sepulcro. Peregrinar a Tierra Santa ha sido considerado como tener contacto con el “Quinto Evangelio”, pues la Biblia será mucho mejor conocida por la persona que haya peregrinado a los Santos Lugares. 

8. Peregrinación a Santiago de Compostela. 

El Camino de Santiago es una ruta que recorren los peregrinos procedentes de toda España y de toda Europa para llegar a la ciudad de Santiago de Compostela, donde se veneran, según la tradición, las reliquias del apóstol Santiago el Mayor. 

El apóstol Santiago, el Hijo de Zebedeo, era el hermano mayor de Juan, ambos originarios de Betsaida. Vivían en Cafarnaún, trabajando en el negocio familiar de pesca en las riberas del lago de Genesaret.edeo. Estaban asociados con otra pareja de hermanos, Pedro y Andrés en la industria de la pesca del lago para cuyo trabajo contaban con empleados ocasionales. De este círculo de pescadores Jesús escogió a sus cuatro primeros discípulos: Pedro y su hermano Andrés, Santiago y su hermano Juan. 

Santiago, gozaba de especial confianza y relación con Jesús, como uno de los discípulos básicos, destacándose con Pedro y Juan del resto de los discípulos, obteniendo el puesto de testigo privilegiado en los momentos más importantes. Asistió, junto con Juan y Pedro, a la resurrección de la hija de Jairo. Fue testigo en la Transfiguración y estuvo también el Huerto de Getsemaní. San Lucas (Lc, IX, 33) nos relata uno de sus momentos: junto a su hermano Juan solicitó de Jesús que hiciese bajar fuego del Cielo para arrasar a los inhospitalarios samaritanos que se negaban a dar albergue al maestro. El mismo Jesús apodó a Santiago y a Juan con el sobrenombre de "hijos del trueno" (Mc, III, 17). Santiago aparece como una persona apasionada, llena de arrojo y decisión, capaz de ponerlo todo en juego; como una persona que arrasa por su empuje y que no se para en echar cálculos y medir consecuencias. Santiago forma parte del grupo inicial de la Iglesia Primitiva de Jerusalén. 

La tradición le atribuye una gran labor de evangelización en la provincia hispánica. Probablemente llegó a España en el año 41 y permaneció en ella hasta fines del año 42. Recorrió los caminos de Itálica, Mérida, Coimbra, Braga, Iria, Lugo, Astorga, Palencia, Horma, Numancia y Zaragoza, donde se le apareció la Virgen en el Pilar. Después, por el Ebro, pudo tomar la Via Augusta de Tortosa a Valencia, Chinchilla y Cazlona para regresar desde un puerto murciano o andaluz a Palestina. 

Herodes Agripa, rey de Judea (Act, XII, 2), nieto de Herodes El Grande, lo hace decapitar con la espada hacia el año 44, convirtiéndose en el primer apóstol en verter su sangre por Jesucristo. Su cuerpo fue trasladado por los Apóstoles a la Península Hispánica, llevado en un bajel hasta Iria Flavia. Desembarcaron y caminaron unas 4 leguas hacia septentrión por la antigua via romana de Iria a Brigatium llegando a Liberodonum sepultando el cadáver. Elevaron un mausoleo, "Arca marmorica", según diplomas de Alfondo III, Ordoño II, Ordoño III y Sancho el Craso. Según la tradición, junto al sepulcro de Santiago reposaban los cuerpos de sus discípulos Atanasio y Teodoro. 

Todo ello vio la luz en tiempos de Alfonso el Casto y Teodomiro, Obispo de Iria Flavia. En memoria de tan fausto acontecimiento, al lugar se le llamó "Campus stellae” o "Compostela". El rey Alfonso II manda edificar sobre el sepulcro una sencilla iglesia y comienzan a llegar visitantes a la tumba del Apóstol. Durante toda la Edad Media fue muy concurrido, después fue ligeramente olvidado y en la actualidad ha vuelto a tomar un gran auge. El Camino de Santiago y las rutas francesas del Camino fueron declarados por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en 1993 y en 1998 Itinerario Cultural Europeo por el Consejo de Europa, recibiendo el título honorífico de Calle mayor de Europa.








PUBLICADO EN:
REVISTA HOREB EKUMENE 
ISSN 2605 - 3691 - Octubre 2019- Año II - No 13 
Comunidad Ecuménica Horeb Carlos de Foucauld 




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