domingo, 16 de junio de 2024

MOVIMIENTOS EN VATICANO EN BUSCA DE LA UNIDAD

Repensar la primacía papal y las fórmulas del Vaticano I: un documento para la unidad cristiana


CLAVES:
  • "El diálogo ecuménico ha avanzado y el camino sinodal que vive la Iglesia católica a todos los niveles forma parte de él"
  • "Para las demás Iglesias sigue siendo inaceptable el primado petrino tal como lo han ejercido los Papas en el segundo milenio y, sobre todo, tal como lo sancionó el Concilio Vaticano I. Pero también sobre esto el documento del Dicasterio para la promoción de la Unidad de los Cristianos muestra pasos significativos"
  • Existe pues, o al menos podría existir, una forma de primado petrino aceptable para las demás Iglesias. Es lo que hace algunos años el Patriarca Ecuménico de Constantinopla Bartolomé llamaba primacía «ejercida con humildad y compasión, más que como una especie de imposición sobre el resto del colegio episcopal»
  • El Cardenal Prefecto del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos explica el documento ecuménico titulado “El Obispo de Roma”: el ministerio del Sucesor de Pedro ya no es visto por las demás Iglesias sólo como un problema, sino como una oportunidad para una reflexión común sobre la naturaleza de la Iglesia y su misión en el mundo.
  • Presentado el documento del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos que hace balance del diálogo ecuménico en torno al rol del Papa y el ejercicio del primado petrino.


El Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos ha presentado en rueda de prensa un documento de 140 páginas sobre la primacía del Papa y el oficio del heredero de Pedro, con el título "El obispo de Roma", fruto de 3 años de trabajo de expertos, y con una aprobación que el Papa Francisco concedió ya en marzo.

El documento parte del anhelo de unidad del Concilio Vaticano II, repetido por Juan Pablo II en 1995 en su documento Ut Unun Sint,  sobre la unidad de los cristianos, y explora temas como el primado papal, la jurisdicción universal de la sede romana, la infalibilidad papal, y las posibilidades de ejercer un "ministerio de unidad del Obispo de Roma reconocido por unos y otros".

Según el documento, es parte de la tradición apostólica común, y muchos ortodoxos lo admitirán, que tiene que haber un primado para todo el mundo. Otra cosa es definir cuáles serían sus atribuciones y límites y quien y cómo lo ostentaría.

El documento busca relacionar el primado y la sinodalidad, estudiar la relación entre lo local y lo regional (por ejemplo, con los patriarcados), la función jurídica de la sede de Roma, la aplicación del principio de subsidiariedad...

El documento menciona incluso la posibilidad de "una reformulación" del dogma de la infalibilidad del Papa, que use palabras distintas a las que usó el Concilio Vaticano I. Y plantea como encajarlo con una "sinodalidad" real o con mayor "comunión conciliar".

En una entrevista en Vatican.va, el cardenal Koch, responsable de ecumenismo en la Santa Sede, valoró "las buenas relaciones establecidas entre las comuniones cristianas" una "fraternidad redescubierta" (frase de Juan Pablo II en Ut unum sint) y consideró que "los diálogos ecuménicos han demostrado ser el contexto apropiado para debatir este tema sensible".

El cardenal habla también del equilibrio entre aprender del pasado y construir para el futuro. "El modo de ejercer el ministerio petrino ha evolucionado a lo largo del tiempo, en función de las circunstancias históricas y de los nuevos desafíos. Sin embargo, para muchos diálogos teológicos, los principios y modelos de comunión honrados en el primer milenio siguen siendo paradigmáticos para una futura restauración de la plena comunión. Algunos criterios del primer milenio han sido identificados como puntos de referencia y fuentes de inspiración para el ejercicio de un ministerio de unidad universalmente reconocido", afirma.

Y luego matiza: "Aunque el primer milenio es decisivo, muchos diálogos reconocen que no debe ser idealizado ni simplemente recreado, porque los desarrollos del segundo milenio no pueden ser ignorados y también porque un primado a nivel universal debe responder a los desafíos contemporáneos".

La presentación: dos cardenales, un armenio, un anglicano

Presentaron el texto cuatro personalidades eclesiales este jueves en la sala de Prensa de la Santa Sede:
  • el cardenal Kurt Koch, prefecto del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos;
  • el cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo de la Sinodalidad;
  • Khajag Barsamian, representante de la Iglesia Apostólica Armenia ante la Santa Sede (sede de Etchmiadzin, conexión online);
  • Ian Ernest, director del Centro Anglicano de Roma, representante del arzobispo anglicano de Canterbury (conexión online).
El documento se ofrece, sobre todo, como un "resumen" de lo ya hecho: de la encíclica Ut unum sint y de los diálogos ecuménicos posteriores sobre el primado. En este documento se ha consultado a expertos católicos, ortodoxos y protestantes.

El cardenal Koch detalló que el texto es un "documento de estudio". Muestra "las ideas, pero también los límites" de los documentos de diálogo. Pero el documento ofrece también propuestas, con el título "Hacia un ejercicio del primado en el siglo XXI".

Durante el debate de estos años, dice Koch, "todos los documentos coinciden en la necesidad de un servicio de unidad a nivel universal". Una idea que Koch remarca: "el ministerio petrino del obispo de Roma es intrínseco a la dinámica sinodal, como lo es el aspecto comunitario que incluye a todo el Pueblo de Dios y la dimensión colegiada del ministerio episcopal". Koch y el texto proponen "estudiar conjuntamente el primado y la sinodalidad, que no son dos dimensiones eclesiales contrapuestas, sino dos realidades mutuamente constitutivas. Enfatiza la necesidad de aclarar el vocabulario sobre el tema, tanto para los teólogos como para el Pueblo de Dios".

Hacia el aniversario del primer concilio ecuménico

Recuerda una fecha: en 2025 se celebran los 1700 años del Concilio de Nicea, el primer Concilio Ecuménico, y los cristianos deberían mejorar su unidad en ese contexto.

El cardenal Grech citó palabras de 2015 del Papa Francisco, cuando dijo: "el Papa no está, solo, por encima de la Iglesia; sino dentro de ella, como bautizado entre los bautizados y dentro del Colegio Episcopal como obispo entre obispos, llamado al mismo tiempo – como Sucesor del Apóstol Pedro - a dirigir la Iglesia de Roma que preside en amor a todas las Iglesias".

Desde ahí, Grech apuntó que "en una Iglesia sinodal, incluso el ejercicio del primado petrino puede recibir mayor luz".

Encajar distintas formas de entender la Iglesia

Grech admitió que lo sinodal es algo novedoso, "comparándolo con la doctrina del primado propuesta por el Concilio Vaticano I y que el Concilio Vaticano II reafirmó".

Recordó el contexto del Vaticano I: en aquel contexto, la Iglesia asignaba al primado la función de "ser el baluarte contra las pretensiones de los Estados Modernos de subordinar a la Iglesia a las leyes constitucionales, según los principios del galicanismo, aplicados por las monarquías constitucionales en materia religiosa moderna. Para garantizar la libertad de la Iglesia – para que estuviera por encima de todos, incluidos los reyes – era necesario que el Vaticano I afirmara: "Para que el Episcopado mismo sea uno e indiviso, y para que toda la multitud de creyentes, a través de sacerdotes estrechamente unidos entre sí, se conserve en la unidad de la fe y la comunión, anteponiendo al Beato Pedro a los demás Apóstoles, quiso establecer en él el principio intemporal y el fundamento visible de la doble unidad" (Concilio Vaticano I, Pastores Aeternus, 18 de julio de 1870).

Pero el Concilio Vaticano I fue interrumpido (por la fuerza de las armas) sin haber llegado a desarrollar su doctrina sobre la Iglesia y el episcopado, que retomó el Vaticano II un siglo después. "La relación entre primado y episcopado se ha enmarcado en la doctrina de la colegialidad", añade Grech.

Así, en Lumen Gentium 22 (en el Concilio Vaticano II) se dan dos afirmaciones, buscando unir colegialidad y primado:
  • "el colegio o cuerpo episcopal no tiene [ ... ] autoridad, a menos que se conciba unida al Romano Pontífice, sucesor de Pedro, como su cabeza, y sin perjuicio de su poder de primacía";
  • que "el orden de los obispos, [...] es también junto con su cabeza el Romano Pontífice, y nunca sin esta cabeza, sujeto de un poder supremo y pleno sobre toda la Iglesia, aunque tal poder no puede ejercerse excepto con el consentimiento del Romano Pontífice".
Grech considera que "no podemos hablar de primacía y colegialidad sin vincularlas a la sinodalidad: el vínculo lo impone la "revolución copernicana" determinada por el Concilio con la inclusión del capítulo sobre el Pueblo de Dios en la Constitución sobre la Iglesia, que ha deconstruido la societas inaequalium, fundada en la dicotomía entre Ecclesia docens y descens, entre quienes concentran en sus manos toda capacidad activa y quienes son solo receptores pasivos de la acción de los demás".

La visión armenia: ya se puede hacer una cierta sinodalidad

Khajag Barsamian, hablando como "embajador" de la Iglesia Armenia ante la Santa Sede (acude también al Sínodo de la Sinodalidad), aprecia que el documento investigara en la vida de la Iglesia de los primeros siglos (la ruptura de Roma con Armenia es del s.V, en buena parte por razones de confusión lingüística y terminológica). En la antigüedad, dice Barsamian, "las expresiones de comunión no eran primordialmente jurídicas y había una gran diversidad de modelos eclesiales".

Y añade, como apoyando a Grech y su insistencia en lo sinodal: "la sinodalidad de la Iglesia Católica es un criterio importante para las Iglesias Ortodoxas Orientales en nuestro camino hacia la plena comunión. Las Iglesias ortodoxas orientales también pueden contribuir a esta reflexión a través de su experiencia centenaria de sinodalidad". Y apunta que "se puede practicar una cierta sinodalidad entre nuestras Iglesias, incluso si aún no estamos en plena comunión".

Barsamian aprecia el "distinguir más claramente entre las diferentes funciones del Papa, por un lado, como Patriarca de la Iglesia Latina, por otro, como ministro de la unidad entre las diferentes Iglesias y, finalmente, como Jefe de Estado. A este respecto, es importante la reciente reinstalación del título de "Patriarca de Occidente" entre los títulos históricos del Papa, ya que este título, heredado del primer milenio, evidencia su hermandad con los demás patriarcas".

Desde la visión anglicana: reformular el lenguaje del Vaticano I

Ian Ernest, como representante de la Comunión Anglicana, señaló que los obispos anglicanos en su momento leyeron y respondieron con detalle la Ut Unum Sint de 1997 de Juan Pablo II y que antes, en 1981, la comisión ARCIC de diálogo católico-anglicano estableció: "Según la doctrina cristiana, la unidad en la verdad de la comunidad cristiana exige una expresión visible. Estamos de acuerdo en que tal expresión visible es la voluntad de Dios y que el mantenimiento de la unidad visible a nivel universal incluye el episcopado de un primado universal" (ARCIC 1981 Eluc., 8). ARCIC empezó esa idea, y luego grupos de las Iglesias Ortodoxas empezaron a asumirla también.

Ernest admite que "la enseñanza del Vaticano I sigue siendo un obstáculo importante entre nuestras Iglesias, especialmente porque es difícil de entender hoy en día y está abierto a interpretaciones erróneas" y pide "aclarar la terminología utilizada". Y anima a seguir trabajando juntos, con una "sinodalidad ad extra", hacia los cristianos no católicos.

Repensar el primado en sentido ecuménico

Es la historia de un camino común, de siglos de unidad, pero también de cismas, excomuniones recíprocas, divisiones y luchas determinadas más por la política que por las diferencias teológicas. Tras casi dos milenios de historia cristiana, a pesar de viejas y nuevas crisis en el seno de las distintas confesiones, el camino ecuménico está dando pasos significativos.

El documento sobre el "Obispo de Roma", que acaba de publicarse, atestigua cómo la voluntad y la apertura para discutir las formas de ejercicio del primado petrino manifestadas en 1995 por san Juan Pablo II no han quedado en letra muerta. El diálogo ha avanzado y el camino sinodal que vive la Iglesia católica a todos los niveles forma parte de él. En efecto, los católicos están redescubriendo y profundizando la importancia de la sinodalidad como forma concreta de vivir la comunión en la Iglesia, una conciencia ya presente y experimentada por otras tradiciones cristianas.

Al mismo tiempo, el papel del Obispo de Roma y su primacía ya no son considerados por los demás cristianos sólo como un obstáculo o un problema en el camino ecuménico: de hecho, la sinodalidad contempla siempre la presencia de un «protos», de una primacía.

Ciertamente, para las demás Iglesias sigue siendo inaceptable el primado petrino tal como lo han ejercido los Papas en el segundo milenio y, sobre todo, tal como lo sancionó el Concilio Vaticano I. Pero también sobre esto el documento del Dicasterio para la promoción de la Unidad de los Cristianos muestra pasos significativos: el trabajo en los diálogos ecuménicos ha sugerido, de hecho, distinguir el primado papal que ejerce la jurisdicción sobre la Iglesia latina (u occidental, como les gusta llamarla a los orientales) del primado en la caridad de la Iglesia de Roma, «primera Sede». Un primado de «diaconía», es decir, de servicio, y no de poder. Un primado de unidad, ejercido en la sinodalidad para buscar el consenso de todos los obispos.

Existe pues, o al menos podría existir, una forma de primado petrino aceptable para las demás Iglesias. Es lo que hace algunos años el Patriarca Ecuménico de Constantinopla Bartolomé llamaba primacía «ejercida con humildad y compasión, más que como una especie de imposición sobre el resto del colegio episcopal», como «verdadero reflejo del amor crucificado del Señor, más que en términos de poder terreno». Un modo concreto de caminar hacia la realización de aquel sueño expresado por el Papa Wojtyla hace casi treinta años.

Koch: "El primado del Papa es de servicio y se ejerce de manera sinodal"

«El primado debe ejercerse de forma sinodal, y la sinodalidad requiere el primado». Así resume el cardenal Kurt Koch, prefecto del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, uno de los puntos clave del documento ecuménico titulado “El Obispo de Roma”, publicado el jueves 13 de junio. Un texto que resume la evolución del diálogo ecuménico sobre el tema del primado y de la sinodalidad.

Eminencia, ¿podría explicar en primer lugar qué es este documento, cómo surgió y cuál es su finalidad?

Este documento, titulado El Obispo de Roma, es un texto de estudio que ofrece una síntesis de los recientes desarrollos ecuménicos sobre el tema de la primacía y la sinodalidad. Su génesis se remonta a la invitación dirigida a todos los cristianos por San Juan Pablo II en Ut unum sint a encontrar, «evidentemente juntos», las formas en las que el ministerio del Obispo de Roma «pueda realizar un servicio de amor reconocido por unos y otros». Esta invitación ha sido reiterada en varias ocasiones por el Papa Benedicto XVI y el Papa Francisco. El documento resume una treintena de respuestas a esta invitación y una cincuentena de textos de diálogos ecuménicos sobre el tema. En 2020, el Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos consideró el 25 aniversario de la encíclica Ut unum sint como una oportunidad para hacer un balance del tema. La convocatoria de un Sínodo sobre la sinodalidad confirmó la relevancia de este proyecto como contribución a la dimensión ecuménica del proceso sinodal.

¿Qué metodología se ha utilizado para elaborar este documento?

El documento es el resultado de un verdadero trabajo ecuménico y sinodal. En su realización participaron no sólo los funcionarios, sino también los miembros y consultores del Dicasterio, que lo discutieron en dos asambleas plenarias. Se consultó a numerosos expertos católicos y estudiosos de diversas tradiciones cristianas, orientales y occidentales, en colaboración con el Instituto de Estudios Ecuménicos del Angelicum. Por último, el texto fue enviado a diversos dicasterios de la Curia romana y a la Secretaría General del Sínodo. En total, se tuvieron en cuenta más de cincuenta opiniones y aportaciones. Nuestro documento también tiene en cuenta las últimas intervenciones en el proceso sinodal.

En la encíclica Ut Unum sint (1995) Juan Pablo II se dijo dispuesto a discutir las formas de ejercicio del primado del Obispo de Roma. ¿Qué camino se ha recorrido en estas tres décadas?

La cuestión del primado se ha debatido intensamente en casi todos los contextos ecuménicos en las últimas décadas. Nuestro documento expone los progresos realizados y destaca el hecho de que los diálogos teológicos y las respuestas a la encíclica dan testimonio de un nuevo y positivo espíritu ecuménico en la discusión. Este nuevo clima es indicativo de las buenas relaciones establecidas entre las comuniones cristianas, de esa “fraternidad redescubierta» de la que habla Ut unum sint. Puede decirse que los diálogos ecuménicos han demostrado ser el contexto apropiado para debatir este tema sensible. En una época en la que los resultados del compromiso ecuménico se consideran a menudo escasos o insignificantes, los resultados de los diálogos teológicos demuestran el valor de su metodología, es decir, de la reflexión hecha «evidentemente juntos”.

Leyendo el documento, sorprende en primer lugar el creciente consenso registrado en los diversos diálogos ecuménicos sobre la necesidad del primado. ¿Esto significa que, para las demás Iglesias cristianas, el papel del obispo de Roma ya no se percibe solamente como un obstáculo para la unidad?

En 1967, Pablo VI afirmaba que “el Papa [...] es sin duda el más grave obstáculo en el camino hacia el ecumenismo”. Sin embargo, cincuenta años después, la lectura de los documentos de diálogo y de las respuestas a la Ut unum sint atestigua que la cuestión del primado para toda la Iglesia, y en particular del ministerio del obispo de Roma, ya no se percibe sólo como un problema, sino más bien como una oportunidad para una reflexión común sobre la naturaleza de la Iglesia y de su misión en el mundo. Además, en nuestro mundo globalizado, es indudable que crece el sentimiento de la necesidad de un ministerio de unidad a nivel universal. La cuestión que se plantea es ponerse de acuerdo sobre la manera de ejercer este ministerio, definido por Juan Pablo II como un “servicio de amor”.

En los dos milenios de historia de la Iglesia, ¿cómo ha cambiado el modo de ejercer el primado? ¿Y qué desarrollo podría haber para que este ejercicio sea aceptable también para otras Iglesias que hoy no están en plena comunión con Roma?

Ciertamente, el modo de ejercer el ministerio petrino ha evolucionado a lo largo del tiempo, en función de las circunstancias históricas y de los nuevos desafíos. Sin embargo, para muchos diálogos teológicos, los principios y modelos de comunión honrados en el primer milenio siguen siendo paradigmáticos para una futura restauración de la plena comunión. Algunos criterios del primer milenio han sido identificados como puntos de referencia y fuentes de inspiración para el ejercicio de un ministerio de unidad universalmente reconocido. Aunque el primer milenio es decisivo, muchos diálogos reconocen que no debe ser idealizado ni simplemente recreado, porque los desarrollos del segundo milenio no pueden ser ignorados y también porque un primado a nivel universal debe responder a los desafíos contemporáneos. En cualquier caso, un renovado ejercicio del primado debe ser modelado en definitiva sobre el servicio, sobre la diakonía. Autoridad y servicio están estrechamente relacionados.

¿Es posible hipotizar para el futuro una forma compartida de ejercicio del primado petrino sobre toda la cristiandad, separada de la jurisdicción del Papa sobre la Iglesia latina?

En efecto, algunos diálogos ecuménicos sugieren una distinción más clara entre las diferentes responsabilidades del Obispo de Roma, en particular entre lo que podría llamarse el ministerio patriarcal del Papa dentro de la Iglesia occidental o latina, y su servicio primacial de unidad en la comunión de todas las Iglesias, tanto de Occidente como de Oriente. Además, destacan la necesidad de distinguir el papel patriarcal y primacial del Obispo de Roma de su función como Jefe de Estado. El énfasis en el ejercicio del ministerio del Papa en su Iglesia particular, la diócesis de Roma, que el Papa Francisco ha subrayado particularmente, contribuye a evidenciar su ministerio episcopal que comparte con sus hermanos obispos.

Este documento se publica mientras la Iglesia católica está viviendo un camino sinodal centrado precisamente en el tema de la sinodalidad. ¿Qué relación hay entre sinodalidad y primado?

La mayoría de las respuestas y documentos de diálogo coinciden claramente en la recíproca interdependencia entre primado y sinodalidad en todos los niveles de la Iglesia: local, regional e incluso a nivel universal. En consecuencia, el primado debe ejercerse de manera sinodal, y la sinodalidad requiere el primado. Sobre todos estos aspectos, nuestro Dicasterio ha organizado también conferencias tituladas Listening to the East e Listening to the West, (Escuchar a Oriente y Escuchar a Occidente), poniéndonos a la escucha las diferentes tradiciones cristianas con respecto a la sinodalidad y al primado, como contribución al proceso sinodal.

Un paso decisivo en relación con el primado fue la dogmatización de la infalibilidad del Obispo de Roma cuando habla ex cathedra y su poder jurisdiccional sobre la Iglesia. ¿Puede decirnos si, y cómo, es posible una nueva lectura y comprensión del Concilio Vaticano I a la luz del Vaticano II y de los pasos dados en el camino ecuménico?

Ciertamente, algunos diálogos se han esforzado por interpretar el Concilio Vaticano I a la luz de su contexto histórico, de su objetivo y de su recepción. Dado que sus definiciones dogmáticas estaban profundamente condicionadas por las circunstancias históricas, sugieren que la Iglesia católica busque nuevas expresiones y vocabulario fieles a la intención original, integrándolos en una eclesiología de comunión y adaptándolos al contexto cultural y ecuménico actual. Se habla, pues, de una “re-recepción”, o incluso de una “reformulación”, de las enseñanzas del Vaticano I.

¿Cuáles son los próximos pasos para continuar la reflexión común de las Iglesias sobre el primado?

Este estudio concluye con una breve propuesta de la Asamblea Plenaria del dicasterio, titulada “Hacia un ejercicio del primado en el siglo XXI”, que identifica las sugerencias más significativas propuestas por las diversas respuestas y diálogos para un renovado ejercicio del ministerio de unidad del Obispo de Roma. Nuestro dicasterio desea compartir esta propuesta, junto con el documento de estudio, con las diversas comuniones cristianas, solicitando sus reflexiones al respecto. Esperamos así proseguir la discusión “evidentemente juntos”, para un ejercicio del ministerio de la unidad del Obispo de Roma “reconocido por unos y otros”.

El Obispo de Roma servidor de la unidad

«El Obispo de Roma» es un documento del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos: recoge el fruto de los diálogos ecuménicos sobre el ministerio del Papa en respuesta a la invitación formulada hace casi treinta años por Juan Pablo II a raíz de los pasos dados desde el Concilio Vaticano II. Se trata de buscar una forma de ejercicio del primado que sea compartida por las Iglesias que vivieron en plena comunión en los primeros siglos. Aunque no todos los diálogos teológicos «han tratado el tema al mismo nivel o con la misma profundidad», sí es posible señalar algunos «nuevos enfoques» de las cuestiones teológicas más controvertidas.

Releer los textos petrinos

Uno de los frutos de los diálogos teológicos es una lectura renovada de los «textos petrinos», que históricamente se han convertido en un obstáculo para la unidad entre los cristianos. «Se ha desafiado a los participantes en el diálogo a evitar proyecciones anacrónicas de desarrollos doctrinales posteriores y a considerar de nuevo el papel de Pedro entre los apóstoles». Por ejemplo, «se ha redescubierto una diversidad de imágenes, interpretaciones y modelos en el Nuevo Testamento, mientras que nociones bíblicas como episkopé (el ministerio de supervisión), diaconía y el concepto de “función petrina” han ayudado a desarrollar una comprensión más completa de los “textos petrinos”».

El origen de la primacía

Otra cuestión controvertida es la concepción católica de la primacía del Obispo de Roma como una institución de derecho divino, mientras que la mayoría de los demás cristianos la entienden sólo como una institución de derecho humano. «Las clarificaciones hermenéuticas», se lee en el documento, «han ayudado a poner esta dicotomía tradicional en una nueva perspectiva», considerando la primacía tanto de derecho divino como humano, es decir, «como parte de la voluntad de Dios para la Iglesia y mediada a través de la historia humana». Los diálogos hicieron énfasis en la distinción «entre la esencia teológica y la contingencia histórica de la primacía» y pidieron «una mayor atención y evaluación del contexto histórico que ha condicionado el ejercicio de la primacía en diferentes regiones y épocas».

El Vaticano I

Un obstáculo importante son las definiciones dogmáticas del Concilio Vaticano I. Varios diálogos ecuménicos han hecho «progresos prometedores al emprender una “relectura” o “re-recepción” de este Concilio, abriendo nuevas vías para una comprensión más precisa de su enseñanza», también a la luz de los contextos históricos y de la enseñanza del Vaticano II. Así, se dio una lectura diferente a la definición dogmática de la jurisdicción universal del Papa, «identificando su extensión y sus límites». Asimismo, se pudo aclarar «la formulación del dogma de la infalibilidad e incluso acordar algunos aspectos de su finalidad, reconociendo la necesidad, en determinadas circunstancias, de un ejercicio personal del ministerio de la enseñanza, dado que la unidad de los cristianos es una unidad en la verdad y en el amor». A pesar de estas aclaraciones, reconoce el documento, «los diálogos siguen expresando preocupaciones sobre la relación de la infalibilidad con la primacía del Evangelio, la indefectibilidad de toda la Iglesia, el ejercicio de la colegialidad episcopal y la necesidad de la recepción».

Un ministerio para la Iglesia reconciliada

Muchos diálogos teológicos han reconocido «la necesidad de una primacía a nivel universal». Refiriéndose a la tradición apostólica, algunos diálogos sostienen que, desde los orígenes mismos de la Iglesia, el cristianismo se fundó sobre sedes apostólicas principales que ocupaban un orden específico, de las cuales la Sede de Roma fue la primera". Algunos diálogos han señalado que existe una interdependencia mutua entre primacía y sinodalidad en todos los niveles de la vida de la Iglesia: local, regional, pero también universal. Otro argumento a favor, de naturaleza más pragmática, se refiere al contexto contemporáneo de la globalización y las necesidades misioneras. Los diálogos teológicos han identificado algunos criterios del primer milenio «como puntos de referencia y fuentes de inspiración para el ejercicio aceptable de un ministerio de unidad a nivel universal, tales como: el carácter informal -y no principalmente jurisdiccional- de las expresiones de comunión entre las Iglesias; la “primacía de honor” del Obispo de Roma; la interdependencia entre las dimensiones primada y sinodal».

Primacía y sinodalidad

En muchos diálogos se reconoce que el primer milenio de la historia cristiana no debe, sin embargo, «idealizarse ni recrearse sin más», también porque una primacía a nivel universal debe responder a los desafíos contemporáneos. Por lo tanto, se identificaron algunos principios para el ejercicio de la primacía en el siglo XXI: «Un primer acuerdo general es la interdependencia mutua de la primacía y la sinodalidad en todos los niveles de la Iglesia y la consiguiente necesidad de un ejercicio sinodal de la primacía. Otro acuerdo se refiere a la articulación entre «la dimensión “comunitaria” basada en el sensus fidei de todos los bautizados; la dimensión “colegial”, expresada sobre todo en la colegialidad episcopal; y la dimensión “personal” expresada por la función primada». Una cuestión crucial es la relación entre la Iglesia local y la Iglesia universal, que tiene importantes consecuencias para el ejercicio de la primacía. Los diálogos ecuménicos han ayudado a ponerse de acuerdo «sobre la simultaneidad de estas dimensiones, insistiendo en que la relación dialéctica entre la Iglesia local y la Iglesia universal no puede separarse».

Papel de las conferencias episcopales

Muchos diálogos subrayaron «la necesidad de un equilibrio entre el ejercicio del primado a nivel regional y universal, señalando que en la mayoría de las comuniones cristianas el nivel regional es el más relevante para el ejercicio del primado y también para su actividad misionera». Algunos diálogos teológicos con comuniones cristianas occidentales, constatando una «asimetría» entre estas comuniones y la Iglesia católica, piden un refuerzo de las conferencias episcopales católicas, también a nivel continental» y una descentralización inspirada en el modelo de las antiguas Iglesias patriarcales.

Tradiciones y subsidiariedad

A continuación, se subraya la importancia del principio de subsidiariedad: «ningún asunto que pueda tratarse adecuadamente en un nivel inferior debe llevarse a un nivel superior». Algunos diálogos aplican este principio para definir un modelo aceptable de «unidad en la diversidad» con la Iglesia católica, argumentando que «el poder del Obispo de Roma no debe exceder lo necesario para el ejercicio de su ministerio de unidad a nivel universal y sugieren una limitación voluntaria en el ejercicio de su poder al tiempo que reconocen que necesitará un grado suficiente de autoridad para hacer frente a los numerosos desafíos y complejas obligaciones de su ministerio».

Sugerencias prácticas de trabajo

Una primera propuesta es la de una nueva interpretación por parte de la Iglesia católica de las enseñanzas del Vaticano I con «nuevas expresiones y vocabulario fieles a la intención original, pero integrados en una eclesiología de comunión y adaptados al contexto cultural y ecuménico actual». También se propone una distinción más clara entre las distintas responsabilidades del Obispo de Roma, «en particular entre su ministerio patriarcal en la Iglesia occidental y su ministerio primacial de unidad en la comunión de las Iglesias». Además se pide un mayor énfasis en el ejercicio del ministerio del Papa en su Iglesia particular, la diócesis de Roma.

La tercera recomendación se refiere al desarrollo de la sinodalidad dentro de la Iglesia católica. En particular, se sugiere «una mayor reflexión sobre la autoridad de las conferencias episcopales católicas nacionales y regionales, su relación con el Sínodo de los Obispos y la Curia romana». A nivel universal, subrayan la necesidad de una mejor implicación de todo el pueblo de Dios en los procesos sinodales". Finalmente, una última propuesta se refiere a la «promoción de la “comunión conciliar” a través de encuentros regulares entre los líderes de la Iglesia en todo el mundo», y la promoción de la sinodalidad entre las Iglesias con consultas regulares y acciones y testimonios conjuntos entre obispos y primados.

FUENTES:
https://www.religionenlibertad.com/
https://www.religiondigital.org/
https://www.vaticannews.va/


AGENDA – PRÓXIMOS ACTOS

HOY DOMINGO 16 JUNIO 2024

16 junio 2024
Celebración Sikh del Martirio de Gurú Arjan Dev 

18'00 horas 

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ROLDÁN (Murcia)

17 junio 2024
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17 junio 2024 - 19’00 horas

Oración al estilo de Taizé
Locales parroquiales
ARENYS DE MUNT (Barcelona)

17 junio 2024 – 21’00 horas

Oración de Taizé
Centro Padre Claret, c/ Joan Maragall, 23
GIRONA

17 junio 2024 – 21’00 horas

Oración Común (Taizé)
Iglesia Catedral de San Lorenzo, plaza de la Villa, s/n
SAN FELIÚ DE LLOBREGAT (Barcelona)

18 junio 2024 – 21’00 horas

Oración Taizé
Parroquia de Santa María, c/ Rectoría, 1
VILANOVA I LA GELTRÚ (Barcelona)

15 junio 2024 

Merienda solidaria interreligiosa - Fiesta del Cordero
Casa Turca. Calle del Consejo de Ciento, 295
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19 junio 2024 – 20’00 horas

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Real Basílica de San Francisco el Grande, c/ San Buenaventura, 1
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19 junio 2024 – 20’30 horas

Oración al estilo Taizé
Parroquia El Cristo del Mercado, c/ José Zorrilla, 125
SEGOVIA

19 junio 2024 – 20’30 horas

Oración Común
Parroquia de la Purísima Concepción, Vía Massagué, 21
SABADELL (Barcelona)

20 junio 2024 – 9'00 horas

Encuentro Virtual Día Mundial de los Refugiados
“Acoger al otro: fortalecer la promoción y la acción para los refugiados y otras comunidades desplazadas por la fuerza ”
Religiones por la Paz
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21 junio 2024 – 20’00 horas

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MADRID

21 junio 2024 – 21’00 horas

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Parroquia de Sant Marcel, c/ Petrarca 52
HORTA-BARCELONA

21 junio 2024 – 21’00 horas

Oración común al estilo de Taizé
Iglesia de Nuestra Señora de Gracia y San José (Els Josepets), plaza Lesseps, 25
BARCELONA

22 junio 2024 - 17’00 horas

Encuentro de Oración por la Unidad
Parroquia de la Asunción, Gavilán 1137
BUENOS AIRES (Argentina)

22 junio 2024 - 20’30 horas

Oración de la noche desde Taizé
Retransmitida en directo en redes desde Taizé
TAIZÉ (Francia)
ON LINE

23 junio 2024
Pentecostés – Iglesia Ortodoxa

24 junio 2024
Nacimiento de San Juan Bautista


24 junio 2024 – 21’00 horas

Oración de Taizé
Centro Padre Claret, c/ Joan Maragall, 23
GIRONA

24 junio 2024 – 21’00 horas

Oración Común (Taizé)
Iglesia Catedral de San Lorenzo, plaza de la Villa, s/n
SAN FELIÚ DE LLOBREGAT (Barcelona)

25 junio 2024

Oración común
Capilla de la parroquia de María Auxiliadora, Pso. San Juan Bosco, 70
BARCELONA

25 junio 2024 – 20’45 horas

Oración de Taizé
Parroquia Mare de Déu dels Dolors, c/ Begur, 10
BARCELONA

25 junio 2024 – 21’00 horas

Oración Taizé
Parroquia de Santa María, c/ Rectoría, 1
VILANOVA I LA GELTRÚ (Barcelona)

26 junio 2024 – 20’30 horas

Oración al estilo Taizé
Parroquia El Cristo del Mercado, c/ José Zorrilla, 125
SEGOVIA

26 junio 2024 – 20’30 horas

Oración Común
Parroquia de la Purísima Concepción, Vía Massagué, 21
SABADELL (Barcelona)

28 junio 2024 – 20’30 horas

Oración con los salmos
Iglesia parroquial de San Pedro (La Sede de Égara), plaza del Rector Homs, s/n.
TERRASSA (Barcelona)

28 junio 2024 – 21’00 horas

Oración de la Cruz (Taizé)
Parroquia de Sant Marcel, c/ Petrarca 52
HORTA-BARCELONA

28 junio 2024 – 21’00 horas

Oración común al estilo de Taizé
Iglesia de Nuestra Señora de Gracia y San José (Els Josepets), plaza Lesseps, 25
BARCELONA

29 junio 2024
Festividad de San Pedro y San Pablo, apóstoles

29 junio 2024 - 20’30 horas

Oración de la noche desde Taizé
Retransmitida en directo en redes desde Taizé
TAIZÉ (Francia)
ON LINE

29 junio 2024 – 21’30 horas

Oración Taizé
Convento de las Vedrunes de Caldes de Malavella, c/ Doctor Furest
CALDES DE MALAVELLA (Girona)

30 junio 2024
Festividad de Todos los Santos – Iglesia Ortodoxa


30 junio – 4 julio 2024

Enc
uentro Ecuménico “El Espinar”
Casa Fuentenueva. Hermanos Maristas. Carretera Guadarrama, km 5,5
SAN LORENZO DEL ESCORIAL (Madrid)

30 junio 2024 – 18’30 horas

Oración común al estilo de Taizé
Parroquia de Santa María. c/ de Joan Puig, 3.
RUBÍ (Barcelona)





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